Sobre el Baobab

Comenzamos una serie de tutoriales de germinación con una especie africana muy demandada, el Baobab.

En este caso hemos utilizado semillas de Adansonia digitata, el baobab africano más conocido y «común» de encontrar a la venta. Servirá también como consejo, con matices, para el resto del género Adansonia (A. fony, A. fony var. rubrostipa, A. grandidieri, A. gregorii, A. madagascariensis, A. perrieri, A. suarezensis y A. za). Primero vamos a ver cómo son las semillas  de este baobab del África subsahariana:

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Son semillas oscuras y duras, con ellas se fabrica aceite, pero las queremos para germinar. Proceden de frutos de formas dispares (esférico-ovalados), generalmente se asemejan al melón, y cuelgan de las ramas altas de los baobabs precedidas por las flores del verano.

Comenzamos

Necesitamos que el agua penetre en el interior de la semilla para que esta se hidrate y se hinche. Será necesario escarificar, lijar suavemente la resistente cutícula (la capa más externa) y permitir el paso del agua al interior.

Podemos utilizar un papel de lija suave o media y con mucho cuidado irla frotando hasta ver que llegamos a una capa más oscura. En ese momento, debemos parar o asegurarnos continuando por otra zona de la semilla, si seguimos más allá de este delicado lijado la dañaremos.

No deberíamos excedernos en el lijado:

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Estas son un par de semillas ya escarificadas:

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Una vez listas las semillas, debemos introducirlas en agua durante al menos 24 horas, el agua puede encontrarse a temperatura ambiente, pero ayudaremos mucho más si calentamos el agua previamente.

Este paso es algo arriesgado y opcional, pues correrán el riesgo de cocerse y quedar como adornos: se trata de calentar el agua hasta justo antes de que empiece a hervir; antes de que el agua empiece a burbujear se retira del fuego y se vierte en, por ejemplo, una mitad de botella. Si el agua contrae el plástico de la botella… ¡nos hemos pasado de temperatura! compénsala con agua fría, sino, será ideal para introducir las semillas de baobab; agitamos y las dejamos durante 24 horas reposando.

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Pasado este tiempo, las semillas de Adansonia digitata se han debido de hinchar y ser un poco, sólo un poco, más grandes de lo que eran, si no fuese así podemos volver a meterlas en agua durante 24 horas más, pero esta vez deposita una gota de lavavajillas en la botella.

Tras este proceso toca sembrar las semillas: no descartes las que no se hayan hinchado, esto no confirma ni descarta en ningún caso su viabilidad, pero ayuda a la hora de la germinación y reduce su tiempo de letargo.

Tendremos que sembrarlas en primavera, al menos son necesarios 20ºC; En un invernadero en el exterior o en terrazas (en climas adecuados), o en el interior de nuestra casa en un lugar caliente (colocar la maceta sobre un router puede servir si lo hemos probado antes con otras semillas, pero en algunos casos es excesivo). El sustrato de siembra que utilizamos es similar al de los cactus, con bastante arena que facilite el drenaje, posteriormente puede aumentarse el porcentaje de turba.

Si te surge la duda de cómo colocar la semilla en el semillero, ponla en posición lateral y tápala con apenas 1 cm. del sustrato. En ningún caso hay que exponerlas directamente al sol, sí luz, pero en la sombra, a los 90 días será cuando empecemos a acostumbrar la planta al sol poco a poco.

Esta es una planta a los 2 meses de la siembra, se sembró en Abril y en Julio empieza darle el sol. La maceta es algo pequeña, así que opta por una de mayor diámetro y profundidad. Normalmente tardan entre 15 días y varios meses en germinar.

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La planta de la foto aún tiene la semilla atrapando los cotiledones, esta puede retirarse a la semana de aparecer dichas hojas; esto es, porque puede impedir que las primeras hojas reales del baobab no salgan bien o directamente no aparezcan. No importa que se rompa parte de las hojas de los cotiledones a la hora de separarlas de la semilla, eso sí, tendremos mucho cuidado de llevarnos con ella el primer brote de hojas reales, si no tendremos que despedirnos de ella demasiado pronto.

Esta especie no tolera bien el frío, por eso a mediados de Octubre, o incluso a finales de Noviembre en la costa andaluza, refugiamos la pequeña planta del frío ya que, además de por su juventud, es muy vulnerable al frío. A la vez reduciremos drásticamente el suministro de agua, seguramente también perderá las hojas.

El mejor consejo para salvar tu baobab del invierno es regarlo muy muy poco. Es mejor que le falte agua a que le sobre; y con muy poco queremos decir algo así como un ligero riego al mes (dependiendo del lugar en que lo tengas sembrado).

El baobab de la foto tiene un año y medio. Perdió las hojas en Noviembre del año anterior y se quedó simplemente en un triste «palo», pero no debemos desesperar. Cuando vuelva el calor volverá a brotar y volveremos a regarlo con normalidad en el exterior. Lucirá así de bien:

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