El té de hibiscus, también conocido como té de flor de Jamaica, se hace principalmente a partir de los cálices de la planta Hibiscus sabdariffa. Esta planta es la que se utiliza para preparar el té, ya que sus flores son ricas en compuestos que aportan color, sabor y beneficios para la salud.
Proceso para hacer el té de hibiscus:
- Recolección de las flores:
- La planta produce flores de color rojo intenso. Después de que la flor ha florecido y caído, lo que queda es el cáliz (la estructura carnosa que rodea la base de la flor). Estos cálices son lo que se usa para hacer el té.
- Secado de los cálices:
- Los cálices frescos y carnosos se cosechan y se secan al sol durante varios días hasta que estén completamente deshidratados. Este proceso asegura que los cálices se conserven y puedan ser almacenados para hacer el té en cualquier momento.
- Preparación del té:
- Toma una cantidad de cálices secos, aproximadamente 1-2 cucharillas por cada taza de agua, o 4-5 cucharillas por litro.
- Hierve el agua y luego añade los cálices.
- Deja reposar durante 5-10 minutos, dependiendo de la intensidad de sabor que prefieras.
- Cuela el té para retirar los cálices y luego endulza al gusto, si lo deseas. El té de hibiscus tiene un sabor ligeramente ácido, similar al arándano, por lo que muchas personas añaden miel, azúcar o incluso una rodaja de limón.
Beneficios
El té de hibiscus es conocido por ser rico en antioxidantes y vitamina C, y también se le atribuyen propiedades antihipertensivas y diuréticas (consulte antes con un profesional). Además, es una bebida refrescante tanto caliente como fría.
La Hibiscus sabdariffa es la especie más comúnmente utilizada para este propósito, aunque también hay otras especies de hibisco que pueden tener aplicaciones similares, pero no son tan comunes ni recomendadas para consumo como té. La infusión de la flor de hibisco puede consumirse sola o en una mezcla de té de frutas.
Origen del té de hibiscus
La planta de Hibiscus sabdariffa se cultiva principalmente en regiones tropicales y subtropicales, siendo Sudán uno de los mayores productores y exportadores debido a la calidad de su hibisco. Egipto también tiene una producción significativa, especialmente en el Alto Egipto, mientras que en México, donde se conoce como flor de Jamaica, se cultiva en estados como Guerrero, Oaxaca y Michoacán. Además, India produce hibisco tanto para consumo interno como para exportación, y se utiliza en la medicina ayurvédica. Tailandia y China también cultivan hibisco para la elaboración de tés y otros productos derivados.
En países como Sudán y Egipto, la bebida es conocida como «karkadé» y es común servirla tanto en celebraciones familiares como en eventos especiales, como bodas.
Cultivando plantas de Hibiscus sabdariffa
La planta tiene un porte erecto que puede alcanzar entre 1,5 y 2,5 metros de altura, con tallos rojizos y hojas alternas que presentan forma lobulada. Sus flores, de color blanco o amarillo con un centro rojizo, son particularmente llamativas, pero lo que se valora más en términos comerciales y culinarios son los cálices, estructuras carnosas de un intenso color rojo que rodean la base de la flor y contienen diversos compuestos bioactivos.
El cultivo de Hibiscus sabdariffa requiere climas cálidos y suelos bien drenados y fértiles, preferiblemente con un pH ligeramente ácido. La planta es sensible a las bajas temperaturas, por lo que su crecimiento óptimo se da en zonas tropicales y subtropicales, donde recibe suficiente luz solar. Además de su atractivo ornamental, y para la producción de infusiones, también se utilizan los cálices para confituras y colorantes naturales, y las semillas contienen aceites con aplicaciones industriales.
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