Si tus plantas amarillean sus hojas pueden estar diciéndote algo, es un problema habitual en el cuidado de las plantas, y puede deberse a diversos motivos, los más habituales son:
Clorosis férrica (falta de hierro) por alguno de estos motivos, si le faltan los nutrientes esenciales, como el hierro, tu planta acabará viéndose afectada, la falta de hierro es uno de los habituales motivos por los que las hojas pueden verse amarillas. Cuando esto ocurre, los síntomas empiezan a notarse en las hojas más jóvenes y de la parte externa de la hoja.
Exceso de humedad. Un riego excesivo o dejar encharcada la maceta para que absorba el agua hará amarillear las hojas y secar las puntas, o incluso a que se caigan todas las hojas.
Las bajas temperaturas también pueden provocar el amarillo de las hojas, así como las corrientes de aire en plantas de interior.
Algunos productos químicos.
¿Cómo tratar a las plantas con hojas amarillas?
Un aporte de quelato de hierro devolverá los nutrientes necesarios a la planta y fomentará la creación de clorofila.
Reducir el riego esperando a que el sustrato esté casi seco antes de volver a regar.
Evita el encharcamiento, si las plantas están en macetas revisa que el drenaje sea adecuado, perfora varios agujeros si es necesario para que la planta evacue el exceso de agua o cámbiala a un tiesto de mayor tamaño.
Conocer el pH del suelo para corregirlo.
Retira las hojas que estén completamente afectadas, ya que no volverán a ponerse verdes y atraerán a las plantas.
Si el motivo es el frío excesivo, de forma adecuada.
Evita el exceso de productos químicos, en su lugar usa otros productos que sean ecológicos, como por ejemplo el extracto de Neem.
Infórmate de si tus plantas son anuales y si ya se encuentran en la época que se secan, o si son de hoja caduca y pierden las hojas de forma natural por la época del año en que se encuentran.
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