

Zingiber officinale, comúnmente conocido como jengibre, es una planta perenne originaria de Asia tropical. Es muy apreciada y cultivada por su rizoma subterráneo, una raíz aromática y picante que se utiliza ampliamente en la cocina para dar sabor a una variedad de platos y bebidas. Con su follaje verde exuberante y su fácil cultivo, es una adición ideal tanto para jardines como para macetas, aportando un toque exótico y sabroso a tu hogar.
El jengibre tiene un tallo erecto que puede alcanzar alturas de hasta un metro. Sus hojas son largas y estrechas, de color verde brillante. Sin embargo, la parte más valorada de la planta es su rizoma, que es subterráneo y de aspecto nudoso. El rizoma del jengibre tiene un aroma distintivo y un sabor picante y ligeramente dulce.
El jengibre se utiliza ampliamente en la cocina como especia, especialmente en la cocina asiática. Se utiliza tanto fresco como seco, y puede ser rallado, picado o usado en forma de polvo para sazonar platos dulces y salados. Además de su sabor característico, el jengibre también se aprecia por sus propiedades digestivas y su capacidad para aliviar las náuseas y los malestares estomacales.
En medicina tradicional, el jengibre se ha utilizado durante siglos por sus propiedades. Además de sus usos culinarios y medicinales, el jengibre también se cultiva como planta ornamental. Sus hojas y flores son atractivas y pueden agregar un toque exótico a los jardines.
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