Las plantas carnívoras crecen en ambientes con escasos nutrientes, para sobrevivir han desarrollado la capacidad de comer insectos y pequeños mamíferos.
Algunas de las hojas de estas plantas carnívoras han modificado su forma para “cazar” a sus víctimas, junto con el color y el dulce néctar son una trampa casi perfecta.
Venus atrapamoscas (Dionaea muscipula)
La más conocida de las carnívoras es la atrapamoscas, sus hojas se encuentran divididas en dos lóbulos con la forma de una boca con una tétrica dentadura, la parte interna de cada hoja tiene tres pelos, cuando se tocan al menos dos de estos pelos en un corto espacio de tiempo la trampa se cierra de golpe y comienza la digestión de la presa, que cuanto más se mueve más estimula el proceso de digestión.
Existen 208 especies de este género, cada una de sus hojas es una trampa mortal ya que están repletas de pelos con glándulas que segregan una sustancia pegajosa de la que los pequeños insectos no podrán escapar, en su intento solo conseguirán pegarse a más pelos. Una vez atrapada la presa, las hojas se doblan lentamente hasta agarrarla por completo, en ella se digerirán y se absorberán los nutrientes.
Sus hojas han adaptado una forma de vaso o túnel con una combinación perfecta de néctar, olores y colores que atraerán a la presa, si caen al interior del vaso no podrán salir de él debido a las paredes resbaladizas y al líquido que contiene de la lluvia.
Se parecen a las Sarracenias con forma de cobra, lo que impiden que los insectos voladores que intentan huir de la trampa choquen y vuelvan a caer al fondo, además tienen pelos que apuntan hacia abajo y les impiden escalar por las paredes internas. No tienen enzimas digestivas como otras plantas carnívoras sino que confían en bacterias simbióticas.
Un dulce néctar es segregado en la parte superior de una trampa en forma de jarra, atrayendo a los insectos al interior, volver a salir es casi imposible para ellos, por lo que morirán en el interior y serán digeridos por las enzimas digestivas.
Utricularias
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223 especies diferentes contiene un género de plantas carnívoras que caza a través de complejas vesículas a nematodos, larvas de mosquitos o incluso renacuajos. La trampa inactiva se encuentra completamente cerrada, con una presión negativa, al tocar los pelos de la entrada, un mecanismo abre la entrada y succiona a la víctima hacia el interior en milésimas de segundo.
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